La COP25 llega a Chile en un momento donde la deuda con Quintero, Puchuncaví y las zonas de sacrificio sigue pendiente; el gobierno se niega a firmar el Acuerdo de Escazú, no tiene disposición a cerrar termoeléctricas a carbón y niega el multilateralismo. Asimismo, dice que una de las agendas a instalar en la COP25 es la protección de los océanos pero aún no existe regulación de plásticos de un solo uso ni una política clara respecto a los efectos de la industria salmonera en los mares patagónicos.
En esa línea, la diputada y presidenta de RD Catalina Pérez, sostuvo que “la COP25 debe salvar el planeta y hoy Chile no está a la altura del desafío. Por eso es muy importante desarrollar una hoja de ruta para economía carbono neutral en su totalidad al año 2040, tener como meta el cierre de las termoeléctricas a carbón máximo al año 2030 y trabajar por una institucionalidad vigorosa con capacidad de implementar estos acuerdos mediante presupuesto sectorial específico para mitigación y adaptación”.
