Chile necesita Litio

En enero del 2016 fue entregado, en una sobria ceremonia, el informe final de la Comisión Nacional del Litio a la presidenta Michelle Bachelet.
El proceso se había iniciado en junio del 2014, principalmente debido al incumplimiento de los contratos de arriendo de SQM a CORFO, de casi 30 mil pertenencias mineras de propiedad estatal. La cuota de extracción era fija, pero era la misma empresa la que llevaba su propio control de producción, sin ninguna fiscalización ambiental, laboral, ni productiva. Además, SQM mantenía una continua venta a empresas relacionadas, a precios de transferencia inferiores a los de mercado, afectando a CORFO y a todo Chile, con menores ingresos fiscales. Un fraude fiscal a nivel industrial.
A esto se agrega el escándalo por el financiamiento ilegal que SQM sostuvo con políticos de todas las tendencias, lo que inició el proceso del informe de la Comisión Nacional del Litio. Conjuntamente, una Comisión Investigadora del Congreso, destacó las irregularidades cometidas por SQM y concluyó quitándole la concesión minera, esperando que la explotación pasara a manos del Estado.
Nos impacta el hecho que un gobierno que se ha hecho llamar “progresista” y “reformista”, venga en sus finales estertores a claudicar ante la empresa más corrupta de Chile. Vergüenza es decir poco. Recordemos las palabras de la presidenta hace dos años cuando recibió el informe: “tenemos una gran responsabilidad como sociedad, las oportunidades son grandes, y por eso mismo debemos abordarlas con responsabilidad, con previsión, pero también con audacia”.
Que SQM continúe con la explotación del Litio hasta el 2030, con el mismo modelo extractivo, es no sólo irresponsable y nada previsor, sino también es la ausencia total de audacia, ya que es igual de centralista y sin agregar ningún valor industrial.
En el Programa Presidencial construido por el Frente Amplio planteamos que “un buen modelo de desarrollo debe generar un crecimiento de la producción, promover una distribución del poder y de la riqueza equitativa e igualitaria, para asegurar un mejor nivel de bienestar para la población general, y hacerlo de manera sustentable.”
Se necesita una Política Nacional de Litio. Debemos nacionalizar SQM, creando una empresa mixta con capitales extranjeros. En particular, tenemos que formular proyectos de producción de baterías para vehículos eléctricos u otros bienes industriales; crear un instituto de investigación para usos del litio, que encuentre encadenamientos productivos con manufacturas de alta productividad, como por ejemplo, en el sector farmacológico o tecnologías de vivienda. Es nuestro deber invertir en convocar a los científicos del más alto nivel en estas materias, no solamente en Chile sino que buscar la complementariedad con Bolivia y Argentina, los otros países con grandes reservas de Litio. El financiamiento de estos proyectos de alto riesgo se debe compartir entre el Estado chileno y capitales extranjeros con capacidad y compromiso de transferencia tecnológica relevante, a través de joint ventures.
En cambio, seguir con el modelo extractivista actual, no solamente demuestra la cobardía y la falta de visión estatista, sino que además retrasa el progreso nacional en un sector altamente estratégico, frenando las oportunidades de alcanzar la industrialización de nuestros recursos naturales, a través de una empresa estatal moderna, que sea sustentable, descentralizada y que busque el bienestar de las comunidades locales y del país.
Chile no se merece lo que está pasando.
Autores: 
Carla Ortiz. Coordinadora de Nuevo Modelo de Desarrollo, Revolución Democrática.
Ismael Gómez. Consejero Político de Revolución Democrática.

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