Llevo tres años en Revolución Democrática y hoy soy coordinadora del territorio Puerto Montt. Puedo decir que la militancia ha cambiado mis días. Siempre quise militar, no sabía dónde hacerlo, hasta que encontré la casa que siempre soñé. Es mi casa, porque en los partidos tradicionales no veía a gente joven vibrando con ganas de crear algo nuevo, sino insistiendo en replicar. Y yo quiero cambiar la historia.
En mi primer año, solo me dediqué a escuchar y apañar cada actividad o campaña que apareciera por esos días. En mi segundo año, trabajé como tesorera territorial, labor no muy aclamada, pero de gran importancia. En paralelo a ello, estuve coordinando el Frente Feminista de Los Lagos, no por mucho tiempo, aunque lo suficiente para lograr teñir mi corazón de violeta.
Se volvió violeta al repensar toda mi historia, lo que me ha tocado presenciar y sentir como mujer; abusos y golpes hacia las mujeres que amo. Escuchar el relato de una amiga sobre una violación múltiple de la que ella no se acuerda lo suficiente porque pusieron droga en su bebida. El feminismo me ha enseñado a no obviar ni naturalizar prácticas, a dar la batalla por las que no pueden contar su historia y por aquellas que las cuentan con dolor.
Pero ese dolor no puede frenar nuestra valentía. Es tiempo de darnos cuenta que no somos una sobreviviente más bajo las injusticias del machismo, sino que tenemos toda la fuerza para combatirlo.
Aquí estoy, en un lugar donde he aprendido mucho, un espacio donde se cuestiona todo, donde habitan diferentes realidades, y por sobre todo, donde existe el feminismo. Quizás, no se avanza de la forma que muchas quisieran, pero el compromiso existe y hoy se demuestra con creces.
Me enorgullece saber que somos uno de los pocos partidos que invierte a cabalidad los fondos de participación política de mujeres, y que efectivamente se dota, o más bien devela las capacidades de cada compañera.
Insto a mis compañeras a participar en estas instancias de formación, porque en #AhoraNosotras debemos alzar la voz, y decir yo puedo y quiero. Por amor a nosotras como sujetas políticas.
¡Porque este es nuestro momento! RD puede ser el primer partido realmente feminista. Y lo haremos nosotras, porque somos quienes hemos experimentado la desigualdad de género y quienes nos estamos organizando para transformar cada territorio de Chile.
