Buenas noticias ha recibido el Ministro Ávila con las dieciocho propuestas para enriquecer el sistema educativo realizadas por el Consejo para la Reactivación Educativa. Lineamientos que pretenden fortalecer tres ámbitos de la educación chilena: la convivencia, los aprendizajes y la asistencia a clases.
Después de dos años de pandemia más otro de reactivación, la convivencia escolar se volvió compleja: comportamientos que varían hacia la soledad de la violencia, hacen que jóvenes se ausenten, atenten contra sus vidas y se enfrenten, a diario, en las aulas y fuera de ellas. Algo que no solo llegó a los y las alumnas sino a toda la comunidad, donde la salud mental se volvió una frágil fortaleza: profesores agobiados y agobiadas, protocolos extintos y una escuela que acogía abruptamente a todo el mundo setecientos días después con la misma sala y la misma disposición. No, ya no fuimos los mismos y las mismas de vuelta. Es necesario revisar, reiteradamente, las nuevas formas del quehacer educativo. Mutaron, a la espera de que las propuestas contribuyan a alimentar constructivamente esa ausencia permanente de comunión y respeto.
El fortalecimiento de los aprendizajes es otro tema abordado. Todos y todas los y las especialistas coincidimos en el análisis, pero ¿Cómo se aprende ahora?, es un tema importantísimo, un tema espiritual, social y cultural ¿Qué queremos enseñar? ¿Le damos una vuelta al currículo y revisamos contenidos? “El cómo sobre el qué” decía Gabriela Mistral, he ahí el asunto ¿Renovamos los métodos? Fortalecer los aprendizajes necesita de métodos variables, métodos que después de dos años y medio necesitan ser planteados desde otras órbitas, porque la escuela cambió, los docentes cambiaron, y los y las estudiantes también lo hicieron. Una nueva propuesta educativa vislumbra ese cambio, lo revisa, necesita y proyecta.
Pero, ¿No es sino la asistencia y la revinculación de los y las estudiantes también un problema curricular? Enseñemos, aprendamos, pero ¿Qué? ¿Los mismos contenidos de hace tres años atrás o variamos? ¿Aplicamos las actividades de antaño en todas las asignaturas? ¿No es acaso, tal vez, que haya que reformular el marco para que dispongamos de estrategias y avances en materia de ausentismo escolar? Para mejorar los contenidos es necesario echar mano a la necesidad.
Es un tema significativo el aprendizaje y la enseñanza vinculante, considerando la reducción de la jornada laboral de forma paulatina en 40 horas, por ejemplo. También, necesitamos la presencia de los apoderados, tutores y padres en el desarrollo integral de el y la estudiante desde el hogar. Ya que el ausentismo también es de los padres, apoderados y tutores, porque el cansancio de éstos recae en cada uno y una de sus pupilos e hijas: Largos traslados laborales en las zonas metropolitanas, dos jornadas de trabajo para llevar el pan a casa, cansancio y agobio permanente de un sistema que, al parecer, perece al ánimo de todos y todas. La revinculación también pasa por ello: una jornada laboral que cada vez es más extenuante y menos preocupada de la otredad.
Concuerdo con el Consejo, en la idea de fortalecer las competencias de los equipos pedagógicos y psicosociales en materia de convivencia, pero también en gestión y liderazgo, es vital para lo que está por venir. Sin embargo, en el área de implementación de planes curriculares para estudiantes con rezago educativo hay que ser prudentes, pues no debemos descuidar a los y las estudiantes con y sin necesidades especiales que están en clases periódicamente, que sí se incluyen en el diario vivir de la escuela. Entonces, las estrategias de inclusión son tarea primera del ministerio para mejorar las expectativas de los y las estudiantes ausentes, porque las ideas están, sólo falta implementar el trabajo en la calle con equipos territoriales y sostenedores comprometidos y comprometidas con liderar estas campañas educativas.
De esta manera y otras que se estudiarán y que el Consejo propondrá trimestralmente, volveremos, paulatinamente, ojalá, a evidenciar la comunión de antaño en las escuelas, pero rediseñada en el compromiso docente y renovado con la presencia del padre o tutor por garantizar, en esencia, la presencia del pupilo y pupila en el aula.
Diego Cartes
Académico y militante de Revolución Democrática territorio Viña del Mar