*Columna*| Paridad, el talón de Aquiles de la política en Chile

Uno de los puntos en que todos los proyectos políticos no dan abasto son en temáticas de paridad. El discurso y demanda feminista, junto a los derechos de las diversidades y disidencias sexuales es la única demanda diferenciadora de un proyecto de izquierda. Si ganara el día de mañana un proyecto de izquierda sin estas demandas, sería un gobierno más de los últimos 30 años. 

Podemos seguir mostrando la realidad de las mujeres en este país, la brutalidad de la violencia contra nosotras, y aún así, en la política, el golpe de realidad es mostrado al momento de inscribir las candidaturas para la Gobernación. Esta semana hemos visto cómo el discurso se cae ante cada firma de los presidentes de los partidos de oposición, Heraldo Muñoz (PPD), Álvaro Elizalde (PS), Camilo Lagos (PRO), Fuad Chahín (DC) y Carlos Maldonado (PR) reafirman esta realidad cuando inscriben a 53 hombres y 8 mujeres para las candidaturas de Gobernaciones Regionales, es decir, de todo su elenco, la participación de mujeres es solo un 15%. En cambio, en el Frente Amplio, de las 10 candidaturas inscritas para las Gobernaciones, 50% son mujeres y el otro 50% hombres. 

No sirve en lo absoluto mostrar en las franjas las pañoletas verdes, moradas o el canto de “un violador en tu camino” para convencer de aprobar una Nueva Constitución con una Convención Constitucional 50% paritaria, cuando en las competencias por cargos de representación popular no se defienden los discursos. 

La diferencia no sólo se puede dar en rechazar o aprobar una Nueva Constitución, debe primar que la nueva forma de hacer política es una política feminista, esto significa ceder los espacios que históricamente han tenido los hombres, levantar y reafirmar el compromiso de las demandas de la comunidad LGTBIQ+ potenciándoles en las decisiones públicas, llevar candidaturas disidentes y que la paridad de un 50% no sea un tope máximo, mas bien un tope mínimo de representación. 

Una nueva política de izquierda se debe practicar en renunciar a los privilegios, potenciar políticas internas de los partidos políticos para incentivar la participación de mujeres en política y entregar todos los sustentos para hacer posibles no solo la candidatura que esten en la papeleta, sino también poder ganar la candidatura. 

Cuando vemos este inesperado y bajo porcentaje de participación de mujeres del nuevo pacto de la oposición, no solo refleja el bajo compromiso con las políticas feministas, sino un proyecto que no ha dado resultado alguno. 

Las demandas feministas no son sólo para poner de fondo un color morado, o para usar las imágenes de LasTesis en una franja electoral, es desafiarse a hacer política feminista en todos los espacios políticos del país. 

Esta revolución será feminista, y esta Constitución será paritaria o simplemente no será nueva. 

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