*Editorial* | RD propone mejorar las pensiones con la misma plata

Como solución al innegable problemas de las pensiones en nuestro país, desde el año pasado estamos discutiendo en la Cámara de Diputados la Reforma de Pensiones propuesta por este Gobierno que pretende sumar una cotización adicional del 4% al empleador, pero que no toca a las actuales AFP. Como han dicho muchos especialistas y expertos, este proyecto no soluciona el problema de fondo porque mantiene la inmensa mayoría con pensiones de hambre, ni siquiera alcanzando el monto del sueldo mínimo.

Lamentablemente, con las ansias de tener un “triunfo” político, alzar las manos y gritar “cumplido” estos últimos meses sólo se ha debatido sobre el famoso 4% extra de cotización, sin poner el foco de la discusión en lo que de verdad importa: ¿es ésta la manera de solucionar las pensiones de hambre que reciben nuestras abuelas y abuelos? 

Nuestros cálculos estiman que de ser aprobada esta reforma, las pensiones de los adultos mayores aumentarán sólo 16 mil pesos en promedio para el año 2021 y apenas en 50 años más, sólo para quienes hayan cotizado toda su vida, recibirán un poco mejor. Pero también podría ser sólo para cubrir las tasas de retorno de la inversión si es que son negativas. Y lo están siendo, por eso no podemos esperar 50 años más. 

Sobre todo si sabemos que existe una manera justa de devolver a trabajadores y trabajadoras la labor que han cumplido por décadas. Tal como lo hacen países modelo como Canadá o Suiza, donde las pensiones son beneficios garantizados según la cantidad de años que trabajaste, con un piso mínimo de seguridad social. Las pensiones se pueden mejorar ahora, con la misma plata que el Gobierno propone recaudar. Hemos presentado una propuesta que con el mismo 14% propuesto por el Ejecutivo las pensiones podrían aumentar hasta el doble. Poniendo todo el esfuerzo en mejorar las jubilaciones de todos y todas las chilenas y estableciendo certezas: saber cuál será el monto de tu pensión, y el mínimo o máximo al que puedes optar.

Por eso, en vez de querer anotarse un triunfo político, queremos sentarnos a la mesa a discutir cómo con la misma plata se puede hacer mucho más. Ese es nuestro desafío y debería ser el de todos y todas.

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