Revolución Democrática ya tiene 8 años. Años en lo que transitó de un movimiento a un partido político. Años que ha estado expuesto a un sin número de definiciones tanto políticas como orgánicas, las cuales han requerido de las voluntades de muchas y muchos de sus militantes de dialogar y llegar a acuerdos que nos permitan avanzar hacia un partido que nos enorgullezca y represente a toda la militancia y que le haga sentido a los chilenos y chilenas. Pero, cuando decimos “a toda” ¿Es realmente a toda la militancia?
Esta pregunta siempre nos trae como desafío el repensar constantemente en nuestros órganos de representación y deliberación y qué forma de participación tenemos versus la que queremos… ¿Cómo se eligen? ¿A quiénes se eligen? ¿Cuándo y cada cuánto? y ¿Para qué se eligen? Claramente se nos vienen muchas preguntas que responder y para eso es que revisamos constantemente nuestros mecanismos internos de resolución, pasando por pruebas y errores. Nos queda mucho por recorrer, somos un partido joven aún por lo que a este proceso de hacer y equivocarse aún no se acaba, y ojalá nunca se acabe, porque el desafío de Revolución Democrática es mantenerse siempre joven, cuestionándose, autoimpugnándose, desafiandose, y es ese tipo de juventud la que nos mantendrá como una herramienta de construcción para Chile, de lo contrario Revolución Democrática estará destinada a ser uno más de los muchos partidos que hoy existen en Chile.
Mantenerse joven ha sido una de las búsquedas más extensas de la humanidad, y nuestro partido no será el que deje de buscar serlo, como militantes no debemos permitir prescindir de esa búsqueda y es por eso que nuestros mecanismos de elección internos permiten que cualquiera de nosotras y nosotros nos postulemos a los distintos cargos de representación y que toda persona que haya firmado para ser parte de Revolución Democrática pueda ejercer su derecho a voto, ya sea un miembro activo o no. Pero estos mecanismos, ¿son suficientes? La respuesta es no. Son insuficientes y todos aquellos que implementemos en el futuro tampoco lo serán, y con esa convicción es que debemos mantenernos para superarnos año a año, nunca debemos sentirnos cómodas con lo que hemos construido, sin autoflagelarnos, reconociendo nuestros aciertos pero buscando siempre como construir una estructura de participación interna que nos permita responder certeramente y a tiempo a las distintas realidades de nuestro país.
Este domingo 26 de enero nos enfrentamos nuevamente a un proceso de elecciones internas, en un contexto nacional muy distinto a los procesos anteriores, hoy la mayor parte de nuestros desafíos internos son externos. Chile desde hace más de 100 días que nos exige un partido que esté a la altura de las circunstancias, con dos millones de personas que votaron en la consulta municipal diciendo fuerte y claro SÍ QUEREMOS UNA NUEVA CONSTITUCIÓN, no podemos hacer más que ser parte de esa demanda, y hacer de RD un partido que cuya democracia interna se haga cargo de los desafíos del momento, que nos fortalezcamos internamente para llevar a cabo las transformaciones democráticas que abrazamos como RD para un Chile con dignidad y justicia social, que nuestro quehacer político esté al servicio del pueblo, nuestro pueblo que nos desafía y nos cuestiona a responder a la altura de las circunstancias.