La hoja de ruta de Jackson y Revolución Democrática

La elección del ex timonel de la Feuc como diputado en noviembre aparece como el objetivo prioritario para un movimiento que aunque mantiene distancia con Bachelet, ya fijó su domicilio político en la izquierda.
EN Revolución Democrática (RD) no tienen problemas en asumir que en la actualidad sólo trabajan con un objetivo político en mente: que el ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc) Giorgio Jackson llegue al Congreso como diputado, cargo al que postula por Santiago Centro con el apoyo de la Nueva Mayoría, luego de que esta última coalición se omitiera en su favor. “Es nuestra prioridad uno… y la dos y la tres”, dice el secretario general de RD, Sebastián Depolo.
Hace dos semanas, sin embargo, RD adoptó una decisión que no cayó bien en la Nueva Mayoría. En una votación interna que zanjó la postura del movimiento frente la elección presidencial, el 88% de los votantes decidió no apoyar a ninguno de los nueve presidenciables en noviembre y los adherentes del movimiento quedaron en libertad de acción. “Hicimos un esfuerzo por apoyar a Jackson, pero él no ha sido capaz de sumar a su movimiento a la opción de Bachelet para hacer los cambios que ellos mismos propician”, dijo al día siguiente de la decisión el vicepresidente de la DC, Fuad Chaín.
“Lo que importa son los próximos cuatro años, y si RD va a estar disponible en hacer esos cambios que hoy están en el programa de Bachelet (…), ahí no nos vamos a perder. Sabemos bien cuál es nuestra vereda”, sentencia el coordinador nacional del movimiento, el ex PS Miguel Crispi, poniendo paños fríos a la principal controversia que ha enfrentado el movimiento en su año de existencia.
Los lineamientos a los que alude Crispi comenzaron a cimentarse tras las movilizaciones sociales de 2011, de las que Jackson fue protagonista como presidente de la Feuc, un grupo de personas, vinculadas a la UC, el movimiento estudiantil Nueva Acción Universitaria (NAU) y otros profesionales ligados a ONG y organizaciones de carácter ciudadano se propusieron formar un movimiento político que canalizara las demandas surgidas de las movilizaciones callejeras.
Jackson encabezó este proceso junto a Crispi, ex director del área Jóvenes de la fundación Dialoga y ex presidente de la Feuc en 2008. Entre los fundadores de RD también estuvieron el sociólogo Sebastián Depolo -quien sucedió hasta inicios de 2013 a Crispi en Dialoga-, los arquitectos Nicolás Valenzuela y Bernardo Valdés (nieto del ex senador Gabriel Valdés e hijo del ex canciller Juan Gabriel Valdés) y otros profesionales.
La idea comenzó a cristalizarse en enero de 2012, en una convocatoria abierta realizada en el Centro Cultural Espacio Matta, que reunió a cerca de 200 personas. Según Crispi, “había mucha diversidad, universitarios, curiosos, dirigentes sociales, sindicales”. De ese hito, el movimiento también adoptó el lema “crear para creer”, frase inscrita en uno de los murales del pintor Roberto Matta de dicho centro cultural. En septiembre de ese año y con la elección municipal en plena carrera, RD realizó su primer congreso nacional en el Centro Cultural GAM.
Bachelet y la oposición
El jueves 12 de septiembre, RD lanzó su primera escuela de formación de jóvenes. La iniciativa lleva el nombre de Juan Enrique Vega, uno de los fundadores del Mapu, y fue creada con financiamiento de la fundación política alemana Friedrich Ebert, vinculada en Chile al PPD, el PS y el PR.
Aunque el movimiento se ha perfilado a partir de su independencia de los grandes bloques políticos, no tienen dudas en fijar domicilio político en la actual oposición. “Hay mucha sintonía con lo que está haciendo RD. De repente no se entienden los tiempos, la forma, pero el esfuerzo de RD es agregarle valor a la política desde el mundo de la izquierda”, sentencia Crispi.
Aunque no existen canales formales de comunicación con el bloque opositor, en Revolución Democrática admiten que existen redes comunicantes, entre ellos con candidatos al Parlamento, como el PS Carlos Montes o la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá. El caso más emblemático, sin embargo, es el de la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, quien contó con un respaldo masivo de RD, tanto en la conformación del comando como en el despliegue territorial.
Junto con esto, existen una serie de vínculos informales con la oposición. Crispi es hijo de Claudia Serrano, ex ministra de Michelle Bachelet, quien en esta campaña coordinó el trabajo programático de la Nueva Mayoría y además trabaja con Oscar Landerretche, quien fue miembro de la comisión de economía del comando de la ex mandataria. Otras relaciones las sostuvieron con el ex ministro Ricardo Solari y con el secretario general de la DC, Víctor Maldonado -ambos cercanos a Bachelet-, mientras se negoció una eventual participación en primarias parlamentarias, las que no se llevaron a cabo.
Con todo, el gesto que selló la convivencia entre Revolución Democrática y la Nueva Mayoría fue la decisión del bloque opositor de omitirse en Santiago Centro a favor de Jackson. Aunque en RD descartan que la estrategia suponga un compromiso “a cambio de algo”. “Es un gesto grande de ellos, que responde a nuestra capacidad de instalar una candidatura competitiva”, sentencia Crispi.
En esa línea, pese al rechazo inicial de explicitar un respaldo a la ex mandataria, en RD no descartan sumarse a la campaña en una eventual segunda vuelta. “Bachelet tiene en su agenda las cosas que enfrenta Chile hoy, entonces vamos a estar detrás de esa agenda”, añade el ex timonel de la Feuc.
Además, el movimiento ya tiene definida una estrategia de apoyo a candidatos al Parlamento de la oposición. Entre ellos, subrayan el respaldo a los comunistas Camila Vallejo, Karol Cariola, al independiente Alejandro Guillier y a los autonomistas Gabriel Boric y Daniela López. En el caso del distrito Ñuñoa-Providencia, RD optó por no apoyar explícitamente a ningún candidato por la presencia de Maya Fernández (PS), el ex líder estudiantil Francisco Figueroa y el abogado Rodrigo Román. “Meternos era generar más división en la izquierda”, dice Crispi.
En la Nueva Mayoría analizan como positivo el surgimiento de RD como una alternativa, aunque diversos consultados aseguran que es un movimiento en formación y que, por tanto, está falto de experiencia política. En ese sentido, critican la toma de decisiones al interior del grupo, la que califican de “asambleísmo” y, además, de que el futuro político de RD depende en demasía de la suerte de Jackson en las elecciones de noviembre.
Con “vocación de poder”
El surgimiento de Revolución Democrática coincidió con la sospecha que surgió en sectores del mundo estudiantil de que algunos de los protagonistas del movimiento social del 2011 podrían usar el capital político obtenido en las masivas manifestaciones de aquel entonces para pavimentar su ingreso al establishment.
En RD asumen que en un principio hubo recelo por la opción de Jackson. Hoy, sin embargo, creen que la decisión de ingresar a la institucionalidad para cambiarla “desde adentro” no provoca reparos. Por eso, no esconden que la entidad tiene una “vocación de poder” que está validada por un movimiento social que ha demostrado madurez.
La primera prueba del movimiento fue en la elección municipal de Providencia, a meses de su fundación. Entonces, y pese a que la decisión era no participar de la contienda, varios factores acercaron a RD con la candidatura de Josefa Errázuriz: su postura de una campaña y un gobierno comunal ciudadano entusiasmó a los adherentes al movimiento, a lo que se sumó el que Nicolás Valenzuela, uno de los fundadores, conocía a Errázuriz por su trabajo en la ONG Ciudad Viva y que la primaria realizada para elegir la candidatura incluyó a diversos actores de la oposición al entonces alcalde Cristián Labbé.
La decisión de RD de apoyar a la alcaldesa de Providencia implicó el ingreso de varios miembros del movimiento a la campaña, quienes entraron a realizar un trabajo programático y territorial.
Según estimaciones de RD, hoy tienen alrededor de seis mil adherentes, organizados principalmente en Antofagasta, Valparaíso, San Felipe Los Andes, Talca, Concepción, Temuco, Valdivia, Los Lagos y Magallanes. En Santiago, en tanto, hay una orgánica desplegada en Santiago Centro, Las Condes, Vitacura, Providencia, Ñuñoa, La Reina y Peñalolén, entre otras.
En esa zona, los adherentes se juntan semanalmente. Hay una segunda instancia de reunión que son las comisiones, agrupadas por temáticas: economía, modelos de desarrollo, reformas políticas, educación, ciudades, DD.HH. e inclusión.
Cada uno de estos espacios elige un coordinador y ese coordinador participa de un consejo político que hoy tiene 30 miembros, y que funciona cada 15 días. El consejo -a semejanza de cómo funcionan las federaciones universitarias- es la asamblea, que va llevando la conducción del movimiento.
Al igual que los partidos políticos, en RD ya cuentan con estatutos internos y también han fijado como prioridad la realización de un congreso que moldee la política del movimiento. El primero se realizó en septiembre del año pasado en el GAM, donde se fijó la carta de navegación por dos años.
En RD asumen que la idea de constituirse como un partido político es un hecho, aunque aún no existe un plazo para ello. Eso, sumado al eventual arribo de Jackson al Congreso, permitirá que el proyecto tenga sustentabilidad en el tiempo.
Fuente: diario.latercera.com

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