La Práctica es el Contenido

Nuestro afán no es poner sobre la mesa las verdades de unos iluminados, sino práctica democrática y coherencia.

Publicado en La Tercera, Por Giorgio Jackson y Miguel Crispi el 26 de enero de 2012.

 

EN SU COLUMNA “La política mantra”, Alfredo Jocelyn-Holt cuestiona en este mismo medio al movimiento político Revolución Democrática que lanzamos hace poco un grupo de ciudadanos en el Espacio Matta de la comuna de La Granja. Queremos subrayar las razones que han provocado el nacimiento de este movimiento y que se expresan en su carta fundacional.

A pesar de la hegemonía mundial de la democracia liberal representativa, esta no ha logrado ofrecer más que una democracia de baja intensidad. El caso chileno es paradigmático. Más allá de todo lo acontecido en las movilizaciones del año 2011, lo cierto es que éstas se enfrentaron a un entramado institucional diseñado para evitar que la ciudadanía participase de la solución al conflicto. Hoy resulta evidente que la “democracia” chilena, diseñada por Jaime Guzmán en dictadura, se basa en el principio de la exclusión bajo la excusa del orden. Es esta forma de entender la relación entre ciudadanía e institucionalidad la que llamamos a revolucionar para que las nuevas generaciones puedan participar del diseño del futuro.

Las democracias alrededor del mundo han demostrado estar subyugadas a la dictadura de la falta de ideas. Han sido incapaces de superar la forma en que el capitalismo ha organizado la sociedad, reduciendo a las fuerzas democráticas a la administración del statu quo y la enfermería -parcial- de sus nefastas consecuencias. Esta parálisis fue desafiada simultáneamente en Egipto, España, Estados Unidos, Chile y en otros lugares del mundo el año pasado. Las razones fueron diversas, pero el llamado idéntico: una convocatoria urgente a cambiar las reglas del juego. Vivimos un momento histórico. Se nos critica la falta de programa. Nuestro afán no es poner sobre la mesa las verdades de unos iluminados, sino práctica democrática y coherencia. Dicho de otra manera, la práctica es el contenido. Si el anhelo de dar nacimiento a Revolución Democrática se explica por el déficit democrático existente en Chile, entonces nuestra respuesta no podría ser otra que constituir un espacio en donde la práctica política cotidiana sea el fundamento del trabajo. Minutas, programas y manifiestos ha habido por miles; la consecuencia democrática, en cambio, brilla por su ausencia.

Estamos constituyendo el movimiento en territorios de Santiago y  regiones, impulsando el diálogo entre los ciudadanos que se sienten distanciados de la política como se ha venido realizando hasta ahora; muchos se están sumando a este esfuerzo colectivo de construcción política. Iniciamos -también- un proceso de reflexión que nos llevará a un congreso programático los días 25, 26 y 27 de mayo, donde los territorios llevarán sus propuestas, debatiremos nuestra orgánica y nuestra política de alianzas. Promoveremos la igualdad en el acceso a derechos sociales y en la toma de decisiones. Por eso nos importa la práctica. Porque no creemos en el discurso sin práctica. Hemos escuchado suficiente. Creemos que este es el único camino posible para provocar un debate estructural sobre el sentido, forma, funcionamiento y significado de la democracia. “¿Serán efectivamente revolucionarios o lo de ellos es sólo pose, niñitos bien hablando como Dantón? Está por verse”, dice el historiador. Sí, está por verse.

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